Elecciones locales en Argelia: desinterés y crisis de partidos como telón de fondo

Daho Ould Kablia, ministro de Interior, da los resultados. Reuters, L. Larbi

Ni el nuevo código de comuna y wilaya (provincia) que regula las competencias locales ni las novedades de las legislativas de mayo  que se aplican también ahora (cuota femenina, supervisión judicial, coalición islamista, legalización de nuevos partidos) parecen estar produciendo ningún efecto movilizador sobre el electorado argelino. Unos 21 millones y medio de electores están llamados a elegir un número más elevado de concejales de comuna (en torno a 24.000) y de wilaya (sobre 2.000), resultado del incremento poblacional. Por estos escaños y los puestos indirectos de alcalde y presidente de APC (asamblea comunal) y APW (asamblea provincial), distribuidos entre las 48 wilayas del país y los 1541 ayuntamientos competirán 48 partidos políticos y algunas listas independientes el 29 de noviembre. Si bien ningún partido importante ha anunciado el boicot a estas elecciones, a diferencia de las pasadas, las crisis que viven muchos de ellos, con escisiones incluidas, debilita enormemente la oferta política y la vida partisana.

Las elecciones locales y provinciales en Argelia no tienen tradicionalmente mucho seguimiento y en ocasiones se ha registrado un fraude notable. Además, se produce una curiosa combinación de poderes, electos y no electos, al frente de las instituciones. Mientras que los alcaldes y presidentes de asamblea son electos, el gobernador provincial (wali) y la daira (prefectura) son instancias no electas pero con funciones importantes. Esto hace que los candidatos tengan poco poder y complica la administración local innecesariamente, alejando a los electores de los comicios.

El contexto político más general del país tampoco motiva especialmente. La reforma constitucional sigue sin conocerse, ni el contenido ni los plazos. El nuevo gobierno surgido de las elecciones legislativas ha tardado 4 meses en formarse y su plan de acción es continuista en toda regla. Las celebraciones por el 50 aniversario de la independencia están siendo más bien discretas, como para no querer provocar los desaires de un sector de la juventud que ni la ha vivido ni siente afinidad por la generación de la guerra y la posguerra que aún controla el país.

El FLN se presenta como claro favorito, no sólo por haber sido el ganador de las anteriores elecciones locales (2007) y de las legislativas de mayo, sino porque además es el único que presenta listas en todas las circunscripciones. El RND es el segundo más representado pero sufre un declive importante tras los resultados de mayo. La coalición  Argelia Verde (islamista), presente en la mitad de distritos, ha conocido la deserción del popular Amar Ghoul, que concurre con su nuevo partido (TAJ). Idem para el FFS,  que abandonó Karim Tabbu  para crear su propia formación, la UDS. Vuelve a la palestra el RCD, en sus primeras elecciones sin Said Sadi,  que marcó un hito al dejar la dirección. El FNA, tercera fuerza en 2007, es una incógnita, envuelta como está en otra crisis. El resto de pequeños partidos, muchos de legalización reciente, sufrirá para pasar del umbral del 7% y obtener representación.