Análisis pre-electoral JORDANIA Elecciones 2020: crisis y desafección política
Abdulla Al-Khazraji | 07 Nov 2020
El 2020 ha sido un año muy convulso a nivel mundial, y la pandemia del COVID no ha dejado indemne a este país árabe. Siguiendo la estela de las revueltas del 2018 que conllevaron la caída del gobierno de Hani Mulki, su sucesor Omar al-Razzaz ha tenido que enfrentar durante este año diversas manifestaciones en oposición al plan de paz de Trump para la región y el acuerdo de gas firmado con Israel. A ello se le suman el descontento social resultado de la crisis económica que vive el país, materializada en recortes de gasto, y una política económica basada en la austeridad. Por si todo esto no fuera suficiente, la pandemia global que se está viviendo no ha dejado de lado a Jordania, un país fuertemente afectado y que el régimen ha aprovechado para fortalecer su carácter autoritario. Así pues, dentro de este frágil marco sociopolítico el pasado 3 de octubre, cumplidos los cuatro años de legislatura, el rey firmó el decreto de disolución del parlamento. Esta disolución, y siguiendo lo establecido por la constitución jordana en su artículo 74.1, acarreó la dimisión del gobierno de al-Razzaz, y el nombramiento de un nuevo ejecutivo liderado por el diplomático cercano al círculo del rey, Bisher al-Khasawneh. La decisión de convocar elecciones pilló a gran parte de la población por sorpresa, ya que el contexto sanitario no aseguraba la posibilidad de organizar y llevar a cabo un proceso electoral seguro.