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En Egipto se celebran elecciones legislativas más de tres años después de que fuera suspendido por orden judicial el primer Parlamento electo del periodo post-Mubarak. En esta ocasión los egipcios y egipcias acuden a las urnas en un ambiente de indiferencia y desconocimiento del enrevesado proceso electoral, que contrasta con el clima de efervescencia y repolitización vivido en el país tras el derrocamiento de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

Dos años después, Israel vuelve a las urnas, y lo hace de nuevo por decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu, que quería cambiar de socios de Gobierno y corregir los malos resultados de 2013. Entonces, el Likud participó en las elecciones de la mano del partido ruso Israel Nuestra Casa, de Avigdor Lieberman, pero la alianza de las dos principales formaciones de la derecha fracasó, y juntos perdieron once escaños.

Desde la firma de los Acuerdos de Dayton en el año 1995 que sirvieron como base para pacificar el país y para moldear el ordenamiento constitucional tras la cruenta guerra que asoló los Balcanes en los años previos, ocho procesos electorales entre generales y municipales han tenido lugar en el país y en sus diferentes entidades. En cada uno de ellos se han podido apreciar mejoras electorales, políticas, sociales pero sobre todo de cultura democrática de su población. El temor a un nuevo estallido de la violencia se ha ido disipando con el paso del tiempo.

El 9 de julio se celebran las terceras elecciones presidenciales en la historia de la democracia en Indonesia las cuales ponen fin al ciclo político iniciado en las de 2004. Cuando el actual presidente del país, Susilo Bambang Yudhoyono se alzó con el poder, superando a los históricos y tradicionales partidos del Golkar, que dominó la vida política de Indonesia durante el periodo de Suharto y el Partido Democrático de Indonesia (PDI-P).