El primer ministro libanés, Saad Hariri, descartó hoy cualquier alianza con el grupo chií Hizbulá de cara a las elecciones legislativas previstas en mayo y aseguró que su partido aboga por la moderación y el distanciamiento de los conflictos regionales.
En un acto conmemorativo por el 13 aniversario del asesinato en Beirut de su padre, Rafic Hariri, el jefe del Gobierno reiteró su compromiso con la estabilidad del Líbano y el llamado "principio de distanciamiento", al que las fuerzas políticas libanesas se adhirieron según un pacto alcanzado tras la guerra civil (1975-1990).
"Ese principio no es una simple declaración de intenciones y debe ser aplicado", afirmó en referencia a la intervención de Hizbulá en la guerra siria en apoyo de las fuerzas gubernamentales.
"Toda la región está en ebullición por las guerras, revoluciones, conflictos y desplazamientos. Siria fue devastada por los combates y se convirtió en un terreno de ensayo para los ejércitos y milicias de todas las nacionalidades", aseguró Hariri.
El primer ministro admitió que el Líbano tiene "problemas socio-económicos y divergencias políticas", pero dijo que en el país hay "instituciones, una mayoría (gobernante) y una oposición que trabajan por el bien del país (...) en base al diálogo y a la no interferencia en los asuntos internos de los Estados árabes".
Asimismo, consideró que el Líbano es "seguro", porque "el espíritu de Rafic Hariri está aún" presente.
El exprimer ministro falleció el 14 de febrero de 2005 en un atentado contra el convoy en el que viajaba por el centro de Beirut, donde la explosión causó la muerte de otras 22 personas y considerables daños materiales.
El Líbano siempre ha sido escenario de tensiones políticas, lo que ha retrasado la celebración de elecciones desde 2009 por la falta de acuerdo entre las diferentes facciones para convocar la cita con las urnas.
EFE
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