De sorpresa en sorpresa

Photo by Beshef, Flickr Creative Commons

Las elecciones presidenciales iraníes nos tienen acostumbrados a las grandes sopresas. Si en 1997 y 2005 ganaban los candidatos menos esperados (Mohamed Jatami y Mahmoud Ahmadineyad) y en 2009 la contienda electoral se cerraba con la mayor crisis política de la república en 30 años de historia, las elecciones de 2013 ser’an recordadas por el rechazo de los dos candidatos más incomodos para el líder Ali Jamenei: Hashemi Rafsanyani y Esfandiar Mashaei. Sin embargo, este último está decidido a plantar batalla legal para que el Consejo de Guardianes revise su decisión, algo que solo ha sucedido una vez en anteriores elecciones. No está dicha la ‘última palabra en este caso, y es de prever que su protector, el presidente Ahmadineyad, tome alguna medida para presionar al líder y al Consejo de Guardianes.

Más allá de cómo termine esta historia, de los ocho candidatos aceptados tres tienen gran experiencia en política exterior, sobre todo en relación a la negociación nuclear. Ali Akbar Velayati fue Ministro de Asuntos Exteriores 16 años seguidos, durante las presidencias de Jamenei (1981-1989) y Rafsanyani (1989-1997), incluyendo los duros años de la guerra con Iraq. Hassan Rohani fue secretario del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) entre 1989 y 2005, y por lo tanto negociador nuclear con el grupo UE-3 durante el mandado de Jatami. Finalmente, Saeed Jalili es el actual secretario del CSN, desde 2007, y jefe del grupo negociador nuclear con el grupo 5+1. Cualquiera de los tres sería visto con buenos ojos por parte de la comunidad internacional, que prefería no tener que enfrentarse a un desconocido en los foros internacionales. Sin embargo, Velayati, consejero personal del líder Jamenei en política exterior, sería quien podría representar más fielmente las ideas y decisiones del líder en política exterior, lo que facilitaría en principio las próximas rondas de negociaciones.

Otros dos candidatos, Bagher Qalibaf (alcalde de Teherán y ex candidato presidencial en 2005) y Gholam Hadad Adel (ex presidente del parlamento entre 2004 y 2008 y consuegro de Jamenei), formaron una coalición con Velayati en abril, por lo que es de prever que alguna de las tres candidaturas sea retirada en los próximos días.

Mohsen Rezaei ya había sido candidato en 2005 y 2009. En 2005 se retiró unos días antes de los comicios, alertando sobre maniobras para perjudicar su candidatura. En 2009 denunció los resultados, pero no participó de las manifestaciones en favor de Musavi. El único candidato considerado ‘reformista’ es Mohammad Reza Aref, quien fuera ministro y luego vicepresidente en el gobierno de Jatami. Tras las protestas post electorales de 2009 muchos políticos reformistas fueron enjuiciados y vetados de por vida en la actividad política, por lo que Aref ha sido uno de los pocos a los que se les permitió participar. Sin duda alguna, su participación en la carrera presidencial será muy marginal, y probablemente retire su candidatura en favor de Rohani.

Mohamar Gharazi es el menos conocido de los ocho. Fue ministro de petróleo en el gabinete del Primer Ministro Mir Musavi (presidencia de Jamenei, 1981-1985) y ministro de Correos y Telecomunicaciones entre 1985 y 1997 (bajo las presidencias de Jamenei y Rafsanyani). Lo sorprendente, sin embargo, es su pasado vinculado al Muyahedin Khalq, organización terrorista enemiga de la Republica Islámica. Gharazi habría sido simpatizante de la organización en los años pre-revolucionarios, pero la habría abandonado cuando esta se alió con Saddam Hussein para combatir a Irán.