Republicación

Irán, ¿cambio conservador?

La victoria de Mahmud Ahmadineyad ha desconcertado a la mayoría de analistas internacionales, que daban por segura la de Hashemi Rafsanyani. Lo sucedido obliga a reelaborar los análisis sobre el comportamiento electoral iraní y la futura gestión del gobierno.

Por primera vez desde 1979 fueron necesarias dos rondas electorales para decidir al vencedor en las novenas elecciones presidenciales, algo que se preveía debido a la escasa popularidad de los candidatos en pugna. Mientras que todas las predicciones y sondeos electorales, incluso las encuestas de la agencia de noticias oficial iraní, Irna, daban como segura una segunda ronda entre Hashemi Rafsanyani y el reformista Mustafá Moin o el ex militar conservador Mohamed Bagher Qalibaf, los resultados de la primer ronda dejaron claro que el comportamiento electoral iraní distaba mucho de ser previsible.

Por primera vez desde 1979 fueron necesarias dos rondas electorales para decidir al vencedor 

Los periódicos iraníes pronosticaban una participación menor del 50 por cien y sin embargo, según datos del ministerio del Interior, un 62,4 por cien de la población emitió su voto. Un rápido repaso a los resultados de la primera ronda permite apreciar que Rafsanyani obtuvo el 21,13 por cien de los sufragios –6.159.452 votos– frente al 19,43 por cien de Mahmud Ahmadineyad, y el 17,28 por cien del clérigo reformista Mehdi Karrubi, los tres muy por debajo de la mayoría absoluta necesaria para proclamarse ganador. Los tres candidatos reformistas –Moin, Karrubi y Mohsen Mehralizadeh– lograron sumar apenas 9.409.743 votos, muy alejados de los 21 millones que obtuvo Mohamed Jatami en su momento. Y los tres candidatos conservadores –Ahmadineyad, Qalibaf y Alí Lariyani– 11.525.705 votos; si a ésos se suman los de Rafsanyani, se obtienen 17.685.157 sufragios.

 

Fecha de primera publicación: septiembre de 2005

En: Política Exterior, 107. Septiembre / Octubre 2005

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