Andrés Mourenza.-
Convertirse en el guardián de la puerta de atrás de la Unión Europea puede tener premio para Turquía. Las autoridades turcas lograron arrancar este domingo varias promesas en firme a la canciller alemana, Angela Merkel, a cambio de reforzar el control sobre la ola de refugiados en marcha hacia el corazón de Europa: la apertura de nuevos capítulos en los que se dividen el proceso de adhesión a la UE y acelerar la liberalización de visados Schengen para los ciudadanos de Turquía. La jefa de Gobierno alemán apoyó además la demanda de fondos extraordinarios —al menos 3.000 millones de euros— para hacerse cargo de los más de dos millones de refugiados que actualmente se encuentran en Turquía.
Pese a ser una de las dirigentes europeas más opuestas a la integración de Turquía en la UE, Merkel se comprometió ante el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y el presidente de la República, Recep Tayyip Erdogan, a “abrir este año el capítulo 17” —relativo a la economía— y a “preparar” la apertura a negociaciones de los números 23 y 24, sobre justicia, libertades y derechos fundamentales, el año que viene. Erdogan, en su comparecencia con la canciller, pidió “apoyo” de Alemania, Francia, Reino Unido y España para facilitar la entrada de Turquía en la UE.
Si bien la vuelta a las negociaciones de adhesión, después de años congeladas, tiene para el Gobierno islamista turco un carácter más bien simbólico, acelerar la cuestión de los visados —sus ciudadanos podrían viajar con mayor libertad a la Unión Europea— puede convertirse en un gran triunfo político a menos de dos semanas para las elecciones anticipadas.
“Esperamos que el tema de Schengen, inicialmente planeado para 2017, pueda ser completado en 2016 y, junto al acuerdo de readmisión, entre en vigor en julio de 2016”, subrayó Davutoglu. Turquía vincula la aplicación de la readmisión —que permitiría devolver a territorio turco a migrantes irregulares detenidos en la UE si han llegado por esa vía— a la exención de visados. Hasta el momento, los acuerdos de readmisión firmados con Grecia y Bulgaria, no han sido respetados por Turquía, según se quejan en privado diplomáticos de Atenas.
En Estambul, Merkel planteó además la posibilidad de establecer vías de emigración legal que para evitar dar dinero a los “traficantes”. “Debemos tener una migración regulada y coordinada y debemos ver formas de apoyar a Turquía y cómo posibilitar una migración regulada hacia la Unión Europea”, afirmó.
La filosofía subyacente —”reflexionar sobre si cuesta más mantener a un refugiado en Alemania o en Turquía”, en palabras de fuentes diplomáticas europeas— ha sido muy criticada por las organizaciones de derechos humanos. “El acuerdo está diseñado para proteger las fronteras externas de la UE y no los derechos de los refugiados”, denunció Amnistía Internacional en un comunicado. Un grupo de cien intelectuales y académicos turcos también criticó la visita de Merkel, que puede servir de “apoyo” a un Gobierno “que viola los más importantes valores de la Unión Europea”.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/10/18/actualidad/1445...